La noche fría del 28 de febrero, luché contra la nieve para asistir a una cata de vinos en Ralph's Wine Cellar. A diferencia de la última cata a la que asistí en esta vinoteca, ésta fue una degustación de vinos argentinos. Había seis vinos diferentes y una gran variedad de quesos, entre otras delicias.
Llegué al evento a las 18:45 y fui el primero en llegar. Los señores que trabajan allí me dieron la bienvenida con una copa de vino tinto. A las 19:00, la cata comenzó y la vinoteca estaba llena de personas. La mayor parte de la gente se sorprendió al enterarse de que Argentina produce tal variedad de vinos diferentes, más que los Malbec.
El primer vino era Kaiken, un vino espumoso de Lujan de Cuyo, una zona en la región de Mendoza, en el oeste de Argentina. Este espumante se parece más a un espumoso francés, porque es una mezcla de las variedades Pinot Noir y Chardonnay, las mismas uvas usadas en el proceso de elaboración del champán. Se maridó el vino con tapas de queso Halloumi, anchoas y alcaparras marinadas con ajo, jugo de limón y aceite de guindilla. Aunque al inicio había pensado que aquella combinación habría resultado un poco extraña, cuando la degusté me pareció una pareja maravillosa.
El segundo vino era el vino Torrontés de la bodega Colomé, una de mis bodegas preferidas. El dueño de la vinoteca, Ralph, explicó que el Torrontés es una uva de origen argentino y que es una de las variedades blancas más afrutadas que se puede comprar aquí en Londres. Además, explicó que la bodega, que se situa en la región vitivinícola de Salta, es la más alta del mundo. Se acompañó el vino con una ensalada de queso Mozzarella y tomate en aceite de guindilla y lima, así como un paté de caballa.
El tercer vino se llamaba Monteagrelo, un vino Cabernet Franc de la bodega Bressia. Como el primer vino, éste viene de Lujan de Cuyo en la región vitivinícola de Mendoza. Aunque la variedad de uva Cabernet Franc tiene su origen en Francia, la producción de este tipo de vino está aumentando en Argentina. A diferencia de los Cabernet Franc de Francia, los de Argentina tienen un mayor contenido de alcohol. Esto se debe probablemente a los climas de las dos regiones. Personalmente, cuando quiera un tinto más ligero y no muy tánico, suelo elegir un vino Cabernet Franc. Los señores de la vinoteca nos presentaron este vino con unas tapas de chocolate amargo, y para los que no lo querían, unas tapas de Provolone, un queso italiano que es muy popular en Argentina.
El cuarto vino era el Malbec de Colomé, uno de mis vinos favoritos. De hecho, escribí una entrada de blog sobre este vino hace unos años. Este es un Malbec de gran cuerpo, por eso, se acompañó el vino con un queso manchego añejo elaborado con romero y un paté de champiñones, trufas y vino de Madeira, así como un queso galés elaborado con bayas. Este último era un queso fenomenal.
El quinto vino se llamaba Trapezio ++ (Plus, plus). Se elabora este vino con uvas Merlot y Cabernet Franc, y como la mayoría de los vinos argentinos que se encuentra en este país, éste también viene de la región de Mendoza. Es un vino muy rico y afrutado. Los señores presentaron el vino con una bandeja de quesos fuertes y unas tapas de morcilla ibérica - la mejor morcilla que he probado en mi vida.
El último vino era un tinto de la región de Salta que se llamaba Amalaya, elaborado con uvas Malbec, Tannat y Petit Verdot. Yo siempre asociaba la variedad de uva Tannat con Uruguay, por eso había tenido muchas ganas de degustar este vino. En mi opinión, éste fue el mejor vino de la noche. La combinación perfecta de estas tres variedades resulta en un vino increíble. Sabores a frutos rojos, cassis, ciruelas, especias dulces y regaliz. Además, las uvas Tannat y Petit Verdot dan cuerpo a este vino. Ralph maridó el vino con lonchas de Valdeón, un queso azul leonés. Me gustó este vino tanto que me compré una botella antes de salir.
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